Elaborado por Francisco Javier Orozco, investigador del FAIR Center.
Amigas y amigos lectores, me da mucho gusto saludarles nuevamente en este espacio. Este semestre he tenido la oportunidad de impartir diferentes cursos, pero con el común denominador de que van encaminados a los esfuerzos de cultura financiera donde a manera de reflexión junto con mis estudiantes hemos estado filosofando sobre por qué es importante la inclusión, la educación y la cultura financiera dentro de un país. Y aunque la respuesta pudiera ser lógica, son muchas las variables y motivaciones para que esto se logre.
Tanto la inclusión como la cultura financiera son dos temas muy importantes para el desarrollo de un país. La inclusión financiera se refiere a la capacidad de todas las personas para acceder a servicios financieros básicos como lo pueden ser cuentas de ahorro, créditos y seguros, mientras que la cultura financiera se refiere al conocimiento y habilidades que tienen las personas para tomar decisiones financieras informadas y de forma responsable.
Estamos a unas semanas de que se den a conocer los resultados del ya clásico reporte Panorama Anual de Inclusión Financiera que realiza la CNBV, por lo que creo interesante recordar un poco de los resultados pasados. En 2021, había un total de 135 millones de cuentas de captación versus 111 millones en 2017, un poco más del 21%. Una cuenta de captación es en la que guardas tu dinero en sus diferentes modalidades. Este dato es muy importante para medir la inclusión financiera ya que el tener una cuenta es el inicio para tener acceso a otros servicios y productos financieros, generar un historial, mover a la economía de manera formal.
Aun así, existen desafíos importantes en la inclusión financiera. Una de las barreras más importantes es la falta de acceso a servicios financieros en zonas rurales y comunidades marginadas. Según la encuesta Nacional de Inclusión Financiera, en México la población en localidades rurales experimenta una menor penetración de los servicios y productos financieros que su contraparte en localidades urbanas. Mientras que 82% de las personas adultas en localidades urbanas reportan tener o haber tenido al menos un producto financiero, este porcentaje se reduce a 69% entre la población de localidades rurales. Y esto a un nivel general nacional, las diferencias son significativas si le damos un zoom a cada una de las regiones. Además, existe una brecha significativa en la inclusión financiera entre hombres y mujeres. El 82% de los hombres tienen un producto financiero, mientras que solo el 74% de las mujeres lo tienen. Mejorar la inclusión financiera de las mujeres puede ayudar a reducir la desigualdad de género, ya que permite que las mujeres tomen control de sus decisiones.
Otro gran desafío es la falta de educación financiera. Muchas personas no tienen el conocimiento o las habilidades necesarias para manejar sus finanzas de manera efectiva. Se puede observar en diversos reportes y estudios que el avance ha sido nulo en este tema. Esto puede llevar a decisiones financieras mal informadas, como tomar créditos con altas tasas de interés, no ahorrar lo suficiente para el futuro y demás acciones que provocan la vulnerabilidad financiera. La educación financiera debería ser un curso transversal a lo largo de los diferentes niveles académicos. Debemos lograr que se desarrolle la cultura financiera como una competencia o habilidad en nuestros jóvenes. Aplaudo el piloto por parte de la Condusef sobre materias de educación financiera en las escuelas, el diplomado en Educación Financiera que ofrecen, la Semana Nacional de Educación Financiera, así como los programas del Banco de México en Banxico Educa. Sin embargo, hay que meterle acelerador.
Una cultura financiera sólida ayuda a las personas a tomar decisiones financieras más informadas y responsables, lo que a su vez puede contribuir a la estabilidad financiera de un país. Cuando las personas están bien informadas sobre cómo administrar sus finanzas, son menos propensas a tomar riesgos innecesarios o a caer en deudas insostenibles. Esto, a su vez, reduce la posibilidad de una crisis financiera a gran escala que pueda afectar la economía en su conjunto.
Seamos embajadores de la cultura financiera. Si estás en el ecosistema financiero, dominas algún tema, comparte ese conocimiento porque es clave para que mejore la educación financiera. ¿Qué opinan?, les leo.
Publicado originalmente en El Financiero.