El Financiero. Con la participación de Pablo Pérez Akaki, líder en región CDMX del FAIR Center de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.
Experto dice que junto con los apoyos que da el gobierno su alza ayuda a familias a salir de la situación de pobreza.
El despegue que las remesas han tenido a nivel nacional y en Nuevo León (NL) en los últimos años ha ayudado a las familias beneficiarias a cubrir sus gastos básicos, sin embargo, no han logrado mejorar la economía de las regiones en donde las reciben, ni tampoco se ha generado una cultura de ahorro para que éste sea canalizado a financiar proyectos de empresas, dijo Pablo Pérez Akaki, investigador del Fair Center del Tecnológico de Monterrey.
En el caso de NL, las remesas han sostenido un crecimiento año con año a diferente ritmo, pero se mantiene la tendencia alcista, así, por ejemplo, en 2020 crecieron 7 por ciento; en 2021, 27 por ciento; en 2022, lo hicieron en 9 por ciento, y en 2023 apenas 1 por ciento, llegando a los mil 471 millones de dólares.
Pérez señaló que las remesas junto con los apoyos que les proporciona el gobierno sí han ayudado a las familias a salir de la situación de pobreza al poder cubrir el gasto del hogar, alimentos, medicinas, transporte y escuela, entre otros.
“Sí están contribuyendo esos recursos para rebasar esos mínimos niveles de ingresos que se necesitan para la condición de pobreza, y las remesas ha sido un factor muy importante para llevarlos más allá de la línea de pobreza a muchas familias”, refirió.
El investigador indicó que las autoridades insisten mucho en que el dinero de las remesas se use de manera productiva, lo que se ha encontrado es que la gente no tiene la costumbre de ahorrar ni los conocimientos para emprender un negocio, o bien, que sea canalizado para créditos a empresas o proyectos productivos que requieren financiamiento.
“La persona que recibe el dinero va y lo retiro inmediatamente en su totalidad, y eso es una gran limitante que no se podrá resolver mientras que como mexicanos no aumentemos nuestra cultura financiera”, advirtió.
Pérez indicó que cuando llegan remesas de forma constante y cada vez en mayores cantidades tendría que notarse cierta actividad económica que antes no existía en una población o localidad, pero eso tiende a no suceder.
“Lo que quisiéramos ver es que en esas regiones a donde está llegando el dinero también comiencen a ser más importantes en términos económicos, y eso no sucede, y muchas veces es una promesa o un mito de que las regiones van a crecer y que la economía se va a transformar de un momento para otro”, comentó.
Respecto a lo que se espera en remesa para este 2024, el investigador señaló que debido a que se está observando un cierto freno en la economía de Estados Unidos, es que las remesas se estarían también deteniendo, por lo que se espera que la cifra de NL tenga un crecimiento moderado.
“La tendencia es ya empezar a suavisarse, crecer menos y a lo mejor dentro de unos 3, 4 o 5 años ya prácticamente llegar a un máximo y de ahí otra vez empezar a decrecer, probablemente”, indicó.
Agregó que las remesas en NL en 2023 crecieron 1 por ciento contra 2022, muy por debajo al reportado a nivel nacional en el mismo lapso que fue del orden de 10 por ciento.