Elaborado por Nuria Rojas, investigadora del FAIR Center de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.
Hace poco vi en un portal de recomendaciones sobre escuelas la siguiente pregunta de una madre de familia: “Tengo un dilema, estoy entre el colegio A y el colegio B, ambos son buenos, pero A es superior en varios aspectos, cuesta el doble de colegiatura (lo cual puedo costear) pero a la vez no puedo costear tan fácilmente el estilo de vida. ¿Qué es mejor? Algo que se adapte a mi estilo de vida o sacrificar todo por la educación de mis hijos”.
Ésta pudiera ser para ti una pregunta con una respuesta sencilla; sin embargo, para muchas personas no es tan obvia la respuesta. O tal vez hayas estado en una situación similar en la que no sabes qué hacer. Es por eso que quiero hablar de la vulnerabilidad financiera y cómo evitarla, para que la próxima vez que tengas que tomar una decisión puedas hacerlo tomando en cuenta tu bienestar y el de tu familia en el largo plazo.
La vulnerabilidad financiera es el riesgo o la probabilidad de que una persona experimente una dificultad financiera que le ocasione una disminución en su nivel de vida actual; lo que significa que no únicamente las personas en situación de pobreza o de bajos ingresos son vulnerables. Personas de niveles de ingreso medio podrían tener altos índices de vulnerabilidad desencadenados por el alto nivel de deuda.
El llevar un nivel de vida superior a nuestras posibilidades de ingreso nos perjudica pues comenzamos a comprometer nuestros ingresos para únicamente pagar deudas; con ello no dejamos espacio para el ahorro y la inversión. Imagina que adquieres una casa con un gran sacrificio en un sector en el que además tendrás que comprar un auto que vaya de acuerdo con ese nivel, tus hijos tengan que acudir a cierto colegio, las vacaciones que tus vecinos realizan sean de cierta frecuencia o a lugares específicos. El haber hecho ese esfuerzo por la casa ocasionó que como bola de nieve incrementaran tus demás gastos y eventualmente podrías arriesgar tu patrimonio.
Desde el siglo XVIII el filósofo francés Denis Diderot habló de este efecto. Diderot recibió un día un obsequio; una bata de color escarlata que le fascinó. Sin embargo, la elegante bata no hacía juego con sus demás pertenencias pues no estaban a la altura de su nueva bata. Diderot comenzó a gastar en muebles para su hogar que combinaran con el obsequio, comenzó con un sillón nuevo, posteriormente una mesa, hasta redecorar completamente.
Finalmente, Diderot escribió un ensayo titulado “Lamento por mi vieja bata” en el que se arrepiente por la posesión de su bata; ya que sin ella no tendría deudas.
De acuerdo con el portal de Statista, en 2022 únicamente el 22% de los mexicanos estaba libre de deudas y un 44% de los mexicanos reportó que sus ahorros disminuyeron. Durante el mismo año, el 7.2% de la población mexicana fue considerada financieramente vulnerable debido a bajos ingresos o la falta de ellos, correspondiente a 9.3 millones de mexicanos. ¿Qué nos dice todo esto? Gran parte de los mexicanos se puede encontrar en un nivel de vulnerabilidad financiera que les impide llegar a fin de mes cubriendo sus gastos básicos como alimentación, servicios, renta o hipoteca, créditos; hacer frente a pagos inesperados o emergencias médicas.
¿Has pensado cuánto tiempo podrías hacer frente a tu estilo de vida en caso de que tu hogar dejara de percibir tus ingresos? Algunos expertos sugieren tener un ahorro de entre 3 y 6 meses de sueldo o de monto que pueda cubrir nuestros gastos más importantes. Esto te ayudará a disminuir tu nivel de vulnerabilidad financiera brindándote el tiempo necesario para buscar una nueva fuente de ingresos. Otras recomendaciones son no depender de una única fuente de ingresos y mantener tus deudas en un nivel controlado que no abarque gran proporción de tus ingresos.
Finalmente, te invito a cuestionar tus adquisiciones o compromisos de pago que pudieran desencadenar un efecto Diderot en tu vida, es bueno tener sueños pero siempre deben estar aterrizados y planear objetivamente la manera de llevarlos a cabo sin perjudicar nuestro bienestar financiero y la tranquilidad de tu familia.