Elaborado por Kathia Ramos, investigadora del FAIR Center.
Las fintech están llegando a grupos que anteriormente no habían tenido la oportunidad de acceder al sistema financiero.
Recientemente BCG publicó estadísticas sobre desarrollos fintech en el mundo. De estos números, resalta que el continente americano tiene el mayor número de fintech ascendiendo a 11,651. Dentro de esta cifra imponente se destaca América Latina, la cual ha sido una de las regiones con mayor potencial para la innovación financiera.
El fenómeno ha significado innovación en una región donde la mitad de los adultos no tenían una cuenta bancaria y el 80% de las compras en tiendas físicas se realizaban en efectivo. Asimismo, se trata de una región con acceso limitado a financiamiento por parte de bancos tradicionales y con una falta de confianza histórica. De hecho, la desconfianza es un elemento tan importante, que fue la segunda justificación más popular cuando les preguntaron a los encuestados por qué no ahorraban, de acuerdo con el Global Findex 2014.
Por otra parte, los cambios tecnológicos en la infraestructura de las telecomunicaciones llegaron a la región como a todo el mundo. Tanto la banca tradicional como la industria fintech se han visto beneficiadas por dichos cambios. La primera ha generado eficiencia en procesos y servicios desde una página web o una aplicación móvil. Por su parte, las fintech ganaron mercado porque les impactó directamente el incremento en los dos recursos necesarios para acceder a sus servicios: el internet y el smartphone.
En abril de 2023, la penetración de internet alcanzó el 80% en América Latina. En otras palabras, el 80% de los hogares contaban con acceso a internet en casa o por banda ancha. De manera similar, se estima la penetración de adopción de smartphones en 72%. Con lo anterior podemos dimensionar el tamaño de mercado y la oportunidad de inversión para la apertura e instalación de nuevos desarrollos.
Otro punto interesante es la diversificación de la industria en distintos segmentos. El 25% de las fintech se dedican a Pagos y Remesas, seguidas de Préstamos (19%), Tecnologías empresariales para Instituciones Financieras (15%), Gestión de Finanzas Empresariales (11%) y Personales (7%).
El contexto social y geográfico coloca a México y otros países latinoamericanos como países con mayor recepción de remesas en el mundo. Para los receptores locales, el dinero que envían sus familiares desde el extranjero al país de origen, constituye un ingreso importante.
Este segmento de mercado está constituido por consumidores en la base de la pirámide del sector bancario, consumidores no bancarizados y sub-bancarizados. Aunque había una oferta de proveedores ya existente, la entrada de más emprendimientos fintech representó mayor competencia. No solo incrementó las opciones para enviar y recibir remesas, sino que los usuarios receptores tienen acceso a servicios financieros.
Sin embargo, esto no soluciona el problema de fondo. De acuerdo con un estudio del Centro de Estudios Monterarios Latinoamericanos (CEMLA), apenas el 34% de los receptores mexicanos tenían una cuenta de cheques o de ahorro, lo cual resulta sumamente bajo comparado con el 68% de los remitentes que respondieron que sí.
La industria fintech tiene la capacidad de brindar productos y servicios financieros que incentiven su uso a través del acceso a internet y al smartphone. Las fintech están llegando a grupos que anteriormente no habían tenido la oportunidad de acceder al sistema financiero, y esto aunado a la educación financiera que se promueve por distintos canales, tiene la capacidad de llevar la inclusión financiera a otro nivel en nuestro país y en la región.
Publicado originalmente en El Financiero.