Con la participación de Francisco Orozco, líder en región Monterrey del FAIR Center de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.
La incertidumbre económica y precarización laboral a la que se enfrenta actualmente la población adulta joven, tanto de México como del resto del mundo, está originando un fenómeno en el que se prolonga cada vez más la decisión de independizarse de sus hogares paternos, incluso al grado de cancelar dicha acción.
Crecer es parte de la vida, incluso los obstáculos que se viven al concluir la educación universitaria e incorporarse al mercado laboral, han figurado como los momentos decisivos que forman el carácter y actitud de los adultos jóvenes; sin embargo, una de cada dos personas, de entre 20 y 30 años de edad, ha visto marcado su futuro por la inestabilidad laboral y la escasez de vivienda, de acuerdo con el más reciente estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) “Panorama de la sociedad 2024: Indicadores sociales”.
Lo anterior se refleja en que 46 por ciento de los mexicanos de entre 20 y 30 años aún viven con sus padres, de acuerdo con el informe realizado por la OCDE, pues la edad promedio en que los jóvenes del país “dejan el nido” es de 28 años aproximadamente, señala el documento “¿Los millennials quieren casa?”, de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Y es que, en la actualidad dicho sector de la población mexicana se enfrenta a presiones inflacionarias persistentes, lo que ha elevado de manera significativa el costo de vida, ello origina que sea financieramente más conveniente quedarse a vivir en el hogar de los padres, explica Francisco Orozco, líder en el FAIR Center de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, en entrevista para Reporte Índigo.
“El valor de las casas tiende a ser más alto año con año, la plusvalía crece a ritmos arriba del 80 por ciento, incluso en algunos casos hasta 100 por ciento, es decir si una casa cuesta un millón de pesos al siguiente año valdrá dos, eso hace que quede totalmente desfasado comparándolo con el salario de las personas jóvenes”, resalta Orozco.
Lo anterior toma mayor significado si se contempla que después de la pandemia, las condiciones laborales de los adultos jóvenes han sufrido una afectación tal que 5.6 de cada 100 se encuentran desocupados, además de que más de la mitad de quienes trabajan y pertenecen a dicho grupo poblacional lo hacen en la informalidad, de acuerdo con un análisis difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) al respecto.
Un fenómeno que afecta a jóvenes adultos de todo el mundo
Desde Roma, hasta Seúl, el fenómeno de las personas de entre 20 y 30 años que no han “dejado el nido” ha aumentado a escala global, incluso la OCDE destaca en su informe que dicha decisión “es para algunos jóvenes la única manera de hacer frente a una situación de altos precios de alquiler y empleos inseguros”.
En ese contexto, las estadísticas de ese sector de la población puntualizan que ocho de cada 10 surcoreanos viven en casa de sus padres, caso similar a lo que sucede en Italia; mientras que en Chile la mitad de los jóvenes adultos no logra independizarse, cuestiones que contrastan con el escenario danés, donde solo 10 por ciento de las personas de entre 29 y 30 años padecen esa situación, detalla el informe del organismo internacional.
Incluso las naciones consideradas más avanzadas no escapan del fenómeno descrito con anterioridad, un ejemplo es Estados Unidos, en donde la cantidad de personas que habitan con sus familiares es de aproximadamente 52 por ciento, un incremento de por lo menos 2.6 millones de los adultos jóvenes que tomaron dicha decisión solo en los primeros meses de 2022, fenómeno que supera incluso el pico registrado desde el periodo conocido como Gran Depresión, destaca el Pew Research Center.
Las otras consecuencias de no poder dejar la casa de los padres e independizarse
El contexto económico y laboral, en el que viven millones de adultos jóvenes, y que encarece el costo de vida, trasciende en cuanto a su impacto, ya que también genera consecuencias que afectan hasta el avance demográfico de la humanidad, resalta el estudio de la OCDE.
Al respecto, la imposibilidad de que las personas que recién se integran al mercado laboral luego de la universidad adquieran un trabajo con condiciones óptimas y pueda acceder a una vivienda, crea un caldo de cultivo para una reconfiguración a nivel cultural e ideológico, “un tema viene por parte de los padres, pues están acostumbrando a sus hijos a brindarles lo que no les dieron a ellos. Recordemos que no han habido tantas dificultades económicas-financieras como las que ha vivido la generación tanto de papás o como de abuelos”, abunda Orozco.
Además, el hecho de que los jóvenes posterguen la decisión de independizarse impacta en la tasa global de fecundidad, que se ha reducido a la mitad, pasando de 3.3 hijos por mujer en 1960 a 1.5 en 2022, esto es por debajo del “nivel de reemplazo” de 2.1 hijos por mujer, advierte el organismo internacional.
“Esta disminución cambiará la faz de las sociedades, las comunidades y las familias y posiblemente tendrá un impacto significativo en el crecimiento económico y la prosperidad”, se concluye en el documento de la OCDE.
Publicado originalmente en Reporte Índigo.