Con la participación de Francisco Orozco, líder en región Monterrey del FAIR Center de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.
En México, la cultura financiera es una asignatura pendiente para gran parte de la población. El hábito de ahorrar e invertir es indispensable para alcanzar la libertad financiera y construir un camino al emprendimiento.
“Ahorrar e invertir no es solo una cuestión de números; es un acto de confianza entre nosotros mismos y un compromiso con nuestro futuro”, comenta, en entrevista, Liliana Olivares, CEO de Adulting, una plataforma dedicada a la educación financiera.
El 52% de la población mayor de 18 años tiene algún tipo de ahorro, de los cuales 49.3% son mujeres y 55.2% son hombres; mientras que 57.3% de los ahorradores tenía un monto equivalente a hasta una quincena de lo que ganaba o recibían y solo el 10.3% ahorraba montos superiores a tres meses, de acuerdo con la última Encuesta Nacional Sobre Salud Financiera (Ensafi), elaborada por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), en colaboración con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
“La gran parte de los mexicanos que no ahorraba, ya está empezando a hacerlo, aunque aún falta mucho por recorrer”, dice. A pesar de este avance, la CEO de Adulting enfatiza que el verdadero reto radica en aprender a no sólo ahorrar, sino también a invertir de manera estratégica para hacer crecer el dinero.
Por otro lado, el 36.2% de la población reportó tener algún tipo de deuda, de los cuales el 38.7% corresponde a hombres y 34.1% a mujeres. El 17.1% consideró que su deuda era alta o excesiva, mientras que el 48.9% lo calificó como moderado, de acuerdo al Inegi.
Olivares explica que una de las principales barreras para consolidar el hábito del ahorro y no tener deudas es la falta de objetivos claros. “Uno de los grandes errores es que la gente ahorra solo porque debe hacerlo, pero no le pone una intención u objetivo al esfuerzo que está realizando”.
Por ello, propone que cada persona se pregunté: “¿Qué quiero lograr?”, definir metas específicas, “planificar un sueño personal”, dice. Ante esta decisión permitirá el sentido al ahorro. Además, sugiere establecer montos y fechas concretas, de modo que los objetivos sean alcanzables y medibles. “Destinar un porcentaje fijo del ingreso al ahorro cada quincena o cada mes”.
Asimismo, para generar un ahorro, por primera vez, sugiere separar los recursos en cuentas distintas a las de uso cotidiano y programar transferencias automáticas desde las aplicaciones tecnológicas, una herramienta útil para quienes desean construir un fondo de ahorro sin complicaciones. “Hay aplicaciones que en automático te dividen el dinero, sin la necesidad de que uno lo haga, porque puede pasar que se nos olvida o lo dejamos para después”, comenta.
Objetivos pensados
“Los objetivos financieros deben ser pensados y no por impulsos”, menciona, en entrevista, Francisco Orozco, profesor y líder regional en el FAIR Center for Financial Access, Inclusion and Research del Tecnológico de Monterrey, y coautor del libro Cultura Financiera: mi dinero, mi futuro.
“Los ahorros van a depender de la etapa de vida de cada persona, más allá de los retos, todas las personas tenemos objetivos financieros, a corto o mediano plazo, entonces va en función a lo que uno desea”, comenta Francisco.
Asimismo, el experto en finanzas recomienda que lo ideal para empezar a ahorrar es hacer la regla del 50, 30 y 20. “Es decir, de tus ingresos mensuales el 50% debe ser destinado a gastos fijos (renta, comida, colegiaturas, vestimenta, etc.), el 30%, son para gustos [como fiestas, viajes y diversión], el 20% restante debe ser dirigido al ahorro de inversión”.
Sin embargo, Liliana Olivares advierte que “nadie se hará millonario únicamente ahorrando, [sino que] se hará invirtiendo”, afirma Liliana Olivares. La inversión permite que el dinero crezca sin requerir demasiado tiempo o esfuerzo por parte del ahorrador.
Por lo que ambos especialistas coinciden que lo ideal es invertir en Cetes, pues, de acuerdo con el Banco de México (Banxico), los Certificados de la Tesorería de la Federación son un instrumento de deuda bursátil emitido por el gobierno federal. “Son pagarés que tiene el gobierno para recaudar fondos en un cierto plazo y que generan rendimientos a quienes invierten en ellos”.
“Antes, si querías invertir en Cetes, tenías que ir a un banco; ahora, puedes comprar 100 pesos de Cetes desde tu teléfono, por lo que también es romper el miedo [al mundo] digital. La educación financiera debe estar acompañada de la educación digital”, apunta Francisco Orozco.
Otro punto que mencionan los especialistas, son los créditos de bancos. “Claro que son buenas las tarjetas de créditos, siempre y cuando las sepan usar”, comenta Liliana Olivares.
Mientras que Francisco Orozco apunta que, “las personas deben entender que el crédito no es una extensión del salario, es una herramienta que ayuda a jugar con el flujo mensual de nuestros ingresos”.
Bienestar financiero
Para impulsar la inclusión financiera en el país, podría resultar benéfico el diseñar e implementar estrategias que consideren los siguientes enfoques: educación financiera, productos financieros adecuados, inclusión social, innovación financiera y políticas públicas”, explica un estudio de Deloitte México.
En este sentido, Francisco Orozco advierte lo siguiente: “Hace falta una educación financiera, pero lo que en verdad importa es hablar del bienestar financiero”.
El bienestar financiero se puede buscar a través de la formulación de un presupuesto que tome en cuenta los ingresos mensuales de cada persona, con el propósito de destinar recursos para el ahorro e invertir, como una forma de exponenciar los ingresos en el corto, mediano y largo plazo.
“Las personas piensan que invertir significa hacerse millonario y la realidad va más allá, sino que el invertir tiene como objetivo tener una salud financiera, y el principio es que tu dinero no pierda valor, al igual que generar patrimonio después de invertir”, dice el académico del Tec de Monterrey.
Publicado originalmente en Forbes.